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Asociación Antiguos Alumnos y Profesores Doroteas Avilés

Rally Solidario Unidesert

Rally Solidario Unidesert

Mar 26, 2017

¡Hola a todos!

Hoy os queremos presentar la primera parte de una historia muy especial de la que forman parte dos ex alumnos del colegio: Guillermo Zugazabeitia y Javier Menéndez Carneado. Nos han contado su aventura solidaria que comenzaba en Italia, una tarde de Abril del 2013. Guillermo nos cuenta:

Toda esta aventura solidaria comienza en Italia, una tarde de Abril de 2013 me encontraba en Bolonia cuando recibí una llamada de mi compañero de aventura, Javi. Él se encontraba en Roma de erasmus también. En la llamada ya lo noto muy nervioso ofreciéndome un “planazo”. Me dice que ha encontrado una página en internet con un reportaje sobre un raid solidario por Marruecos. Se trataba del raid UNIDESERT (ahora ha cambiado su nombre a UNIRAID). El raid es solo para estudiantes y, así rápido, aunque luego profundizaremos más, consistía en pasar 9 días por Marruecos con un coche de más de 20 años entregando como mínimo 30 kg de material solidario. Javi y yo somos apasionados del mundo del motor y siempre nos había fascinado el rally Dakar, sabíamos que esto no se parecería mucho, pero tenía esa esencia y además se juntaba con el tema solidario que llevábamos tiempo muy interesados.

Inicialmente, tuvimos que hacer varios tanteos para calcular las cantidades económicas que necesitábamos y ver quien nos podría ayudar tanto en temas de preparación del coche como en el aspecto solidario. Sin darle tampoco muchas vueltas pagamos la preinscripción y dejamos correr unos meses en los que mirábamos coches, pensábamos en patrocinadores, alguien que nos pudiese dar material solidario, etc.

Llego Julio, y ya de vuelta en nuestras casas, retomamos el tema con más fuerza. Comenzó entonces una de las búsquedas más difíciles a las que se enfrenta cualquier persona que quiere realizar cualquier actividad o deportista, encontrar patrocinadores. Teníamos el gran problema de que mucha gente o empresas cuando le vas a contar que te vas al desierto a hacer un rally solidario, se queda más con lo del rally que con la palabra solidario. Nos costó un esfuerzo increíble conseguir a los primeros. Mucho “Ya nos pondremos en contacto con vosotros”, “Con la crisis no os podemos dar nada”, pero si se insiste, se consiguen. Siempre buscábamos no pedir grandes cantidades, mejor muchos y poca cantidad. A mediados de Agosto conseguimos un patrocinador muy interesante, ISHOWBUSINESS.COM (actualmente ha cambiado su dominio a WEDOOTV.COM). Nos ofrecía una jugosa cantidad a cambio de que grabásemos todo el rally y ellos lo emitirían en su página web. Ese patrocinador fue el que nos dio el impulso necesario para poner la maquina en marcha y comprar el coche...

El coche estaba ya algo preparado para una aventura, ya que su anterior propietario también tenía en mente hacer algo parecido. Cuando lo compramos era verde y tenía algunos problemas en el motor. Aquí vino nuestro primer imprevisto. Hubo que desmontar el motor para repararlo y aquí un servidor, aficionado a la mecánica, me arriesgué a hacerlo con tal de solo gastar en las piezas. Afortunadamente todo salió bien.

Con el coche listo, ya solo quedaba buscar el material solidario. Para este tema ya no hubo tanto problema. Mi compañero Javi consiguió ponerse en contacto con una editorial y en cuanto les conto el proyecto, no dudaron en enviarnos unas cuantas cajas con libros y libretas. Más kilos de los que eran requeridos.

Ya con todo listo, quedaba lo último, acabar de pagar la inscripción. Después de varios imprevistos y calculando los gastos que teníamos para el viaje, no nos daba. Tuvimos que hacer las últimas intentonas. Conseguimos finalmente que se uniesen otros dos patrocinadores más y que nuestro patrocinador principal nos diese algo más. ¡Ya estábamos en África!

El rally comenzó el día 22 de Febrero. Nos reunimos con la organización y el resto de participantes en Algeciras para cruzar el estrecho... No os penséis, llegar a Algeciras en un Marbella desde Asturias ya fue una aventura en sí. La suerte fue que otro coche iba desde Asturias y ya hicimos el viaje con nuestros compañeros, Alejandro y Jorge.

Ese primer día, solo fue cruzar en ferry, llegar al hotel en Tánger y pasar las verificaciones del coche. Al día siguiente ya comenzábamos. 700km para llegar al límite donde comenzaba el desierto. Una etapa de carretera, pasando por la cordillera del Atlas donde nos encontramos con nieve. Última noche de hotel y al día siguiente tocaríamos el desierto.

Comenzamos el día con muchas ganas. Empezábamos en ese hotel en el límite de empezar el desierto y terminábamos en un cráter donde acampaba el equipo Mitsubishi cuando hacia pruebas para el Dakar. La diversión era máxima, el coche por la arena parecía flotar y era muy divertido ver como en pistas rápidas levantábamos las cuatro ruedas de nuestro Marbella del suelo en los saltos. Luego empezaron los problemas. La arena se hacía más y más presente y comenzaron los atascos. La primera vez que el coche se atasca piensas que saldrá rápido, pero no es así. En ocasiones sacábamos el coche y a los dos metros volvía a quedarse. Era desesperante, pero al final coges técnicas y métodos que los organizadores nos decían y acababas resolviendo todas las situaciones. Tras esta etapa, ya habíamos roto una suspensión y el tubo de escape. La noche fue muy entretenida, dormíamos en tienda de campaña, con una gran hoguera en medio y todos los coches alrededor. La vista que teníamos del cielo estrellado era increíble.

El cuarto día comenzaba una etapa en la que nos hicieron salir a todos a la vez, generando imágenes muy bonitas...

El cuarto día comenzaba una etapa en la que nos hicieron salir a todos a la vez, generando imágenes muy bonitas. En esta etapa teníamos mezcla de carreteras y arena. Al inicio pasamos por unos poblados de montaña dónde la organización nos dijo que ahí ya podíamos parar a dar material solidario (aunque teníamos libertad para parar y dar lo que queríamos, solo que algunas zonas eran especialmente necesitadas y ellos las recomendaban). Nos dijeron que ahí lo interesante era ropa ya que era una zona fría. Muchos equipos paramos a dar material, y de paso nos echamos un partido de futbol con los niños de la zona. Al final nuestros compañeros Asturianos les regalaron unos balones que crearon gran expectación. Ese día la etapa solo tuvo 120 km y nos llevó 6 horas recorrerla. Javi y yo, y algún equipo más, nos perdimos y casi acabamos en Argelia. Las zonas de arena fueron muy duras y cada pocos metros estábamos atascados. Esa tarde realizamos pruebas de equipo y la organización trajo unos Quads para ir por las dunas. También recuerdo que esa noche fue de las más frías. En el desierto hace calor, pero las noches…son muy, muy frías. Recuerdo despertarme con mi compañero y que los dos deseábamos que saliese el sol para que empezase a hacer calor.
Al día siguiente, salimos de aquel infierno de arena y comenzaba la etapa donde ya definitivamente pararíamos en unas escuelas locales a dar todo el material. Llegamos a una escuela llena, llena de niños. Comenzamos a sacar las cajas de material escolar y empezó el revuelo. Todos querían algo y evidentemente nadie podía negárselo. Se veía ilusión, emoción y agradecimiento, aunque hubo un momento que la organización recogió parte para que la escuela lo gestionara. Fue de los mejores momentos, la diversión del coche o todo lo vivido hasta ese momento quedo de lado. Esa noche también a nosotros se nos notaba más contentos. Recuerdo que íbamos a llegar de los primeros y nuestro coche decidió morirse a 2 km del campamento. Nos cayó la noche, y la organización vino a recoger nuestro coche y el de alguno más que estaba con nosotros. Nos dio igual. El coche lo mandamos a reparar con los mecánicos y disfrutamos la noche con los compañeros.

Ya comenzaba la última etapa de desierto. Salimos del campamento y nos enfrentamos a una de las que para mí fue de las mejores etapas, en cuanto a recorrido. Iríamos por una pista por la que se corría el Dakar (cuando se hacía en Marruecos). Fue muy, muy entretenida, pero con trampa al final. La entrada al campamento estaba en una subida de arena blanda. Pues allí nos volvimos a quedar. Acabamos por romper las suspensiones delanteras y nuestro colector de escape dijo basta. El coche sonaba como si fuese un Formula 1 y soltaba humo que nos entraba en el interior. Esa noche fue en unas jaimas y tocamos cama después de 3 días en tienda de campaña.
La mañana siguiente arrancamos con destino a Marrakech. Después de volver a pasar por la zona de arena blanda pero ahora en bajada, y sin problemas, nos despedimos del desierto. Nos esperaban 500 km de ruta. No fueron nada agradables porque nuestro coche sonaba demasiado y el humo hacia que tuviésemos que ir con la ventanilla bajada siempre. Pasamos por unas cuantas zonas muy bonitas, como unos platos de cine que salen en montones de películas y una zona de palmeras que parecía infinita. Llegamos esa noche a Marrakech y nos fuimos todos de fiesta.

Mucho descanso, eso recuerdo del día siguiente. Nos despertamos, bajamos a comer y luego fuimos de paseo por Marrakech. Nos fuimos a la plaza Jamaa el Fna y paseamos por toda la zona del mercado típica. Nos sorprendieron los encantadores de serpientes, que venían con la serpiente en la mano a pedirte que vieses su espectáculo, imaginaros… Luego fue la entrega de premios. Unidesert no se gana por velocidad (es más, si pasabas de 100km/h te llamaban la atención), gana el que menos kilómetros haga. Evidentemente, nosotros dimos algún paseo más de la cuenta, así que no ganamos, pero después de todo lo vivido nos dieron el premio a la mejor aventura.
Lo demás que queda por contar es; 700 km con un coche reventado hasta Tánger, un ferry y vuelta a casa. En Algeciras, la “bala amarilla” encendió uno de sus testigos de fallo, y ante el miedo a que se rompiese, decidimos que volviese a Asturias en grúa.

Con todo esto que os he contado, no creo que haga falta que os gusten los coches. Sí que tiene su importancia, pero creo que hay mucho más. Conoceréis un país que parece imposible que este a solo 14 km de Europa, veréis paisajes increíbles, disfrutareis de amaneceres en el Sahara… Pero lo que es más importante, contribuiréis con una buena causa. Os enfrentareis a situaciones complicadas que tendréis que resolver y si os lleváis un gran amigo con vosotros, os haréis inseparables. Creo que es una buena combinación y muy recomendable.

¡Muchísimas gracias a Guillermo que ha querido compartir su historia con nosotros! Esperamos que alguno de vosotros, especialmente los nuevos socios que sois estudiantes aún y podéis participar, os unáis y forméis parte de esta iniciativa. A los demás, seguiremos ofreciéndoos ideas para colaborar y ser solidario y si tenéis algún proyecto en mente o en marcha no dudéis más y poneros en contacto con nosotros a través de un mensaje privado por nuestra página de facebook o a través del siguiente correo electrónico: aad@paulafrassinetti.es

¡Un abrazo!

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